Un buen diseño y el uso de materiales naturales son dos pilares en los que se basa la bioarquitectura para favorecer el ahorro energético y construir un hábitat más sustentable.
Se trata de alcanzar el confort generando el menor impacto ambiental posible, de diseñar viviendas pensando en cada obra según su uso. La bioarquitectura, versión académica de la bioconstrucción, contempla el empleo de piedra, madera, tierra y fibras vegetales, pero también aprovecha el calor y la luz del sol, la energía del viento, la sombra de los árboles y el agua de las lluvias como recursos que facilitan la vida de quienes la habitan.
Este tipo de arquitectura sustentable propone disminuir la contaminación planetaria que provoca la construcción de edificaciones. La industria de la construcción emite el 40% de los gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento global.
La necesidad de habitar el paisaje de un modo más sustentable y tener una vida armónica con la naturaleza viene impulsando esta disciplina en el mundo a un ritmo creciente desde hace tres décadas.
Esta entrevista del diario La Nación a Alejandro Dominguez, integrante del área de Tecnologías Sustentables del INTI y de la Red Protierra Argentina, también publicada por Revista Living con el título “La hora de la tierra” visibiliza algunas de las formas de construcción que se buscan rescatar y divulgar y que son tradicionales en muchas zonas de nuestro país. Muestra a millones de lectores que es posible proyectar viviendas, emprendimientos comerciales o edificios públicos con buen diseño y bajo impacto ambiental que minimicen la contaminación, reduzcan costos de obra y favorezcan el ahorro de energía.
Seria económico y exelente desgraciadamente no se valora ni se promueve ,estas vias sustentables, y mas economicas ,en cambio la desinformación conlleva a la gente a la indigencia de sus hogares en construcción y mucho mas